Un miembro del Tribunal Supremo reveló que la Corte Penal Internacional de la Haya está escandalizada por el manejo de Jair Bolsonaro del coronavirus en Brasil.
Jair Bolsonaro
El juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Gilmar Mendes, advirtió al presidente Jair Bolsonaro que lo podrían juzgar en la Corte de La Haya por su manejo de la pandemia de coronavirus Covid-19.
La novedad ocurre en medio de importantes críticas por el manejo del general Eduardo Pazuello, al frente del ministerio de Salud desde mayo, y cuando Jair Bolsonaro dialogó por teléfono con Mendes, en un intercambio que definieron como “cordial”. Pero el pasado fin de semana, el magistrado había acusado al Ejército que, al ocupar puestos clave en la cartera, estaría provocando un “genocidio” en Brasil y reclamó que se ocupen del tema verdaderos expertos. Las declaraciones generaron un repudio masivo de la casta militar, que llegó a anteponer una demanda contra el funcionario judicial.
Gilmar Mendes se enteró de la chance de que Jair Bolsonaro podría ser procesado por La Haya mediante conversaciones que sostuvo en Portugal, donde atraviesa el receso judicial. Sus interlocutores se mostraron horrorizados por la situación de Brasil por la gestión de la pandemia de coronavirus.
El mes pasado, La Haya comenzó el análisis de una denuncia presentada por el Partido Democrático Trabalhista, del excandidato a presidente Ciro Gomes. El sitio especializado en asuntos jurídicos Conjur explicó que el principio del análisis no significa que Jair Bolsonaro ya esté siendo formalmente investigado.
Mientras tanto Jair Bolsonaro, que este miércoles reveló que volvió a dar positivo de coronavirus Covid-19, rechaza la cuarentena y el uso obligatorio de tapabocas mientras Brasil está cerca de los dos millones de contagios y sobrepasa los 75 mil muertos.
La conversación telefónica entre Bolsonaro y el juez Mendes tuvo lugar en el contexto de una fuerte polémica sobre el nombramiento del general Eduardo Pazuello en el ministerio de Salud. Mendes declaró la semana pasada que el Ejército de Brasil sería cómplice de un genocidio al ceder a un general en actividad para que comande la política del país frente a la covid-19.
El ministerio de Defensa respondió con una nota firmada por los comandantes de las tres fuerzas, donde se habló de “acusaciones graves, infundadas, irresponsables y sobre todo frívolas”. La cartera también presentó una demanda contra el juez del STF en la Fiscalía General de la República.
En los últimos días, Mendes recibió el apoyo de colegas de la Corte, entidades como el Colegio de Abogados de Brasil e incluso de algunos oficiales del Ejército molestos con la presencia de militares en un área tan distante a sus intereses como lo es la salud, reveló el diario Folha de São Paulo .
Pero Jair Bolsonaro salió a apoyar al militar: “Quiso el destino que el general Pazuello asumiera en el ministerio de Salud en mayo. Con 5.500 funcionarios en el ministerio, el general llevó sólo 15 militares a la cartera. Ese grupo ya lo acompañaba desde antes de los Juegos Olímpicos de Río”. En 2016, el flamante ministro estuvo a cargo de la coordinación logística de las tropas del Ejército brasileño desplegadas en el evento deportivo.
Jair Bolsonaro siguió su mensaje diciendo que “Pazuello es un hombre predestinado, que en los momentos difíciles siempre está en el lugar justo para servir de la mejor manera a su patria. Nuestro Ejército se enorgullece de ese noble soldado”. Medios locales informaron que Bolsonaro instó a Pazuello a llamar directamente a Mendes para contarle lo que se estaba haciendo en el país para combatir la a pandemia.
El jurista confirmó la existencia de esa llamada, y tal como sucedió con Bolsonaro, dio por zanjados los reproches al señalar que la conversación se dio en buenos términos. No obstante no se disculpó con Pazuello por sus dichos, algo que la casta militar esperaba con ansias.
Ninguno de los anteriores ministro de Salud, los médicos Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, aceptaron considerar a la hidroxicloroquina como opción para luchar contra la pandemia, tal como exigía constantemente Jair Bolsonaro. Por ese y otros motivos terminaron afuera del gobierno.