El episodio ocurrió en Ciudadela Norte, provincia de Buenos Aires. El hombre fue detenido pero lo excarcelaron después de que declarara ante la justicia.
Un episodio de inseguridad en la provincia de Buenos Aires terminó con un ladrón muerto.
Un hombre de 26 años mató de un escopetazo a un delincuente que intentó robarle la batería de su auto, que estaba estacionado en el patio de su casa en Ciudadela Norte, provincia de Buenos Aires, y fue aprehendido bajo la sospecha de un exceso de legítima defensa.
El episodio comenzó como un hecho de inseguridad en la madrugada de este martes, cuando Fabricio Álvarez se dio cuenta de que alguien intentaba llevarse la batería de su auto, un utilitario en desuso que estaba estacionado en el patio lateral de su casa para ser arreglado.
Esa persona era Brian Daniel Alejandro Barreto, de 20 años, del barrio Ejército de los Andes, también conocido como Fuerte Apache.
Álvarez, un tatuador que vive con su hermana en ese domicilio de Ricchieri al 2800, increpó a Barreto, quien estaba armado de una pequeña hacha de cocina. Tras un breve forcejeo, el dueño de casa habría entrado a la vivienda para buscar su escopeta calibre 16.
De nuevo frente a Barreto, Álvarez disparó al menos una vez y le dio al delincuente en el pecho. El hombre murió a los pocos minutos.
Fuentes policiales confirmaron a Télam que “había dos baterías desmontadas al costado del vehículo” cuando llegaron los oficiales, llamados por Álvarez. “Estamos analizando si ya estaban allí o si alguna fue removida por el joven que terminó muerto”, señaló uno de los investigadores.
Efectivos policiales de la comisaría de Ciudadela Norte demoraron al tatuador y secuestraron el arma mientras los peritos de la Policía Científica actuaeron en la casa donde ocurrió el episodio de inseguridad devenido, según se cree, en un “homicidio en legítima defensa”.
La investigación judicial quedó en manos del fiscal Sergio López, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de San Martín, quien indagó a Álvarez y luego lo excarceló después de que el tatuador explicó que se defendió del robo.
Las fuentes policiales reconocieron que “todavía faltan pericias y algunas diligencias para hacer” y que “cuando llegue el momento procesal oportuno se verá si lo que corresponde es el sobreseimiento por haber actuado en legítima defensa”.
Por ahora los investigadores confirmaron que el episodio ocurrió dentro de la propiedad de Álvarez, en el patio lateral que se extiende desde las rejas de la línea municipal hacia el fondo del terreno, donde el tatuador tiene la sala en la que trabaja.
Luego de unas horas la policía determinó que Barreto tenía antecedentes penales por “tenencia de armas y resistencia a la autoridad” por un episodio de mayo de 2016.
El fiscal López ordenó que se realice la autopsia correspondiente en la morgue del distrito y una serie de medidas tendientes a dilucidar la mecánica del hecho.