“Con tremenda tristeza, mis hermanos y yo anunciamos que Kirk Douglas nos dejó hoy a la edad de 103 años”, aseguró uno de sus hijos, el también actor Michael Douglas.
Kirk Douglas poniendo sus manos en el Teatro Chino en el año 1962
El actor estadounidense Kirk Douglas, una de las estrellas de la época dorada de Hollywood murió este miércoles a los 103. Así lo informó su hijo Michael a través de Instagram.
“Con enorme tristeza junto a mis hermanos anuncio que Kirk Douglas nos dejó hoy a los 103 años. Para el mundo, él era una leyenda… pero para mí y mis hermanos, Joel y Peter, él era simplemente papá, para Catherine, un maravilloso suegro, para sus nietos y bisnietos, su amoroso abuelo y para su esposa. Anne, un esposo maravilloso”, agregó Michael en el posteo que realizó a través de las redes sociales.
En 1941 debutó en los escenarios de Nueva York y, durante la Segunda Guerra Mundial se enroló en la Marina
Gracias a su amistad con la ya consagrada Lauren Bacall -por entonces, pareja de Humphrey Bogart-, Douglas logró en 1944 una carta de recomendación para el productor de cine Hal Wallis, quien lo hizo debutar en la pantalla grande como la contrafigura de Barbara Stanwyck, en “El extraño amor de Martha Ivers”.
Recién en su octavo filme, “El triunfador”, rodado en 1949, Douglas se vio catapultado a la celebridad, dirigido por Mark Robson, donde encarnaba a un boxeador que no se detenía ante nada con tal de alcanzar la gloria.
En 1950 rompió con su primera esposa, Diana Hill, con la que había tenido dos varones, Michael y Joel, pero con un suceso tras otro en lo laboral: “Luz y sombra”, donde animaba a un trompetista; “Cadenas de roca”, donde era un inescrupuloso periodista; y “Antesala del infierno”, donde interpretó a un amargado detective.
En “Cautivos del mal” fue un productor de Hollywood; en “Veinte mil leguas de viaje submarino”, un marinero; en “Ulises”, el héroe griego que vuelve de Troya; en “Sed de vivir”, el pintor Vincent Van Gogh; en “La patrulla infernal”, un militar de la Primera Guerra Mundial; y en “Espartaco” encarnó a un gladiador rebelde.
Durante los 50 y los 60, Douglas fue una de las luminarias del cine hollywoodense.
El western fue otro género donde Douglas se movió cómodamente: personificó a un granjero en “Hombre sin rumbo”; a Doc Holliday en “Duelo de titanes”; a un alguacil en “El último tren”; a un vaquero en “Los valientes andan solos”; y a un asesino a sueldo en “Duelo de gigantes”.
Desde los 70 y cuando su físico ya no era el de antes, filmó más fuera de su país, diversificó sus papeles -hizo ciencia ficción en “Saturno 3” y terror en “Furia”-, intensificó sus funciones como productor e hizo más frecuentes sus apariciones en telefilmes.
A diferencia de tantos y tantas colegas, la vida amorosa y social de Douglas evitó los escandaletes y los chismes: en 1954 reincidió en el matrimonio -esta vez con Anne Buydens-, unión de la que nacieron otros dos varones, Peter y Erik.
Douglas llegó a los 103 años viviendo en su mansión de Beverly Hills, fruto de sus acertadas inversiones, jurando una y mil veces que no le importa no haber ganado nunca el Oscar, y feliz de que sus cuatro hijos -sobre todo el Michael de “Atracción fatal” y “Bajos instintos”- hayan seguido sus pasos en el cine.